lunes, 14 de diciembre de 2009

Umpa lumpas desobedientes

Toda la mañana esperando a que los umpa lumpas vengan a hacer mi cama, y aquí todavía no se ha presentado nadie. Mi madre pidiéndo explicaciones, que por qué no está la cama hecha, que por qué los abrigos no están en su percha, que por qué las montañas de papeles se multiplican día tras día ...
Pero ella no entiendo que son los umpa lumpas los que limpian.
Así que por no hacerla enfadar, habrá que hacer la cama. Ya ajustaré cuentas con esos pequeños enanos desobedientes.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Realismo

Entre Courbet y Manet, desconecté. Me evadí al realismo, ese movimiento pictórico que se limita a plasmar la realidad. Una realidad que puede ser difícil, pero que hay que afrontarla como es, con una mirada neutra del autor.
Me pregunto si Manet nos eligiría como modelos para uno de sus lienzos. Si en una de sus pinceladas planas, faltas de volumetría, pintaría nuestros rostros carentes de emociones, sin ninguna conexión o interacción, aún compartiendo marco.
Hoy he recuperado una luz en mi mesilla, mi vieja lámpara llevaba tiempo queriendo una inquilina que no estuviese fundida. Y aunque en el realismo la iluminación no es que sea un tema que se use demasiado, a mi es lo que mejor me viene ahora. Una pequeña luz que me guíe y me acompañe cuando nadie más pueda hacerlo, cuando navegue a la deriva por los millones de pensamientos que salpican mi rudimentaria vía de escape.
Parece que ya vencimos el romanticismo, que las pasiones ya no importan, que ahora debemos preocuparnos por la forma, por cómo nos mostraremos cara al público. Pero no puedo evitar recalcar este claroscuro en mi pequeño taller de escritura, un taller academicista, un taller que siempre quiso mostrar moralejas, finales felices, lecciones de buen amor ... un taller que se vió desbancado por las vanguardias.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Vuelve la Navidad

La crisis se ha inoculado
no contra la gripe A,
sino contra el ahorro
pues llega la Navidad.

Vamos todos a Preciados,
a mirar mil y un regalos
cual calcetines y calzones,
regalos que más de uno
se pasa por los cojones.

Amigos invisibles
vergonzosos de mostrar su faz
pues sólo tras el anonimato
alguien regalaría
un ganchillo pal' sofá.

Cotillones por las nubes
donde mal se paga
lo que mal se bebe
pero eso le da igual
al tonto que se entretiene.

Vestidos, calzado y peinados,
los niños ilusionados,
el tío con cara negra
y no de aguantar a los suegros,
es que este año le ha tocado
a Baltasar llevar los regalos.

Ciudades iluminadas,
alcohol en la carretera,
odiosas cenas de empresa
y regalos pa' tirar;
yo estas fiestas lo que quiero
na más es tranquilidad.