miércoles, 22 de junio de 2011

Desde tu cruz tatuada te recorrió mi mirada

Desde tu cruz tatuada te recorrió mi mirada.

Aquella llave del Nilo quedaba tapada por tu pulsera marrón. Observé tus muñecas, tus brazos, tus piernas, tu torso... pero me detuve en tu cara. Pálida, seria... pero cálida. Unos ojos en los que he buceado tratando de encontrarte, como la calma que tu encuentras en una piscina. Una sonrisa en buena forma, como el andar en bicicleta. Un pelo alborotado que se contrapone a tus pausas.

Tus gafas de aviador son las que pilotan mis sueños. Tuve miedo de no verte los ojos, de mirarme en un reflejo, pero me mostraste tus luceros. Y respiré.

Hoy hemos hablado de todo lo banal, de lo más terrenal; mientras mi mirada mantenía una conversación paralela con tu alma. Hablaban del amor que no nos damos, de las palabras que no dicen te quiero y de las manos que no se han fundido en una caricia.

Espero la próxima charla. Mi corazón tiene su discurso preparado, pero mi boca me evitará pasar ese mal trago.

sábado, 18 de junio de 2011

Vengo a decirte,,,

Todavía no.
Espera un poco.
No abras los ojos aún.
Tengo que coger aire.
Ahora, mírame.

Vengo a decirte lo que nunca te he dicho,
lo que quema mi cuerpo,
lo que me vaga por dentro.

Vengo a decirte que tus ojos son fuego,
que tu pelo es mi reino,
que tu sonrisa prefiero.

Tengo mil palabras que decirte al oído,
mil versos que rimar con tu nombre,
mil prosas que escuchar esta noche.

Acabemos con las palabras atascadas,
con los labios que no llegan,
con las manos que no sienten,
con los ojos que no besan.

Vengo a decirte que te quiero,
ya está muy dicho,
pero es sincero.