sábado, 11 de julio de 2009

Destripando la fórmula lacrimosa del celuloide

Llevo unos días con ganas de cine. Y por unas cosas u otras, no me he puesto de acuerdo con los horarios de la cartelera, así que mi mono va en aumento. Para paliar un poco los efectos, hoy pasé por la biblioteca para alquilarme una película.

Busque una de las que te sabes el título pero nunca has visto. Una de las que la gente nombra de vez en cuando y tú te sientes mal al decir que no la has visto. De esas películas que engloban las listas de indispensables para los puestos en la materia. Y allí vi a mi elegida.

Love Story, una película del año 1970 dirigida por Arthur Hiller. No sabía si era buena o si era mala, pero sí sabía dos cosas. La primera es que su banda sonora es muy conocida y tarareada por mucha gente. La segunda, que era una ñoñada. Así que no me pude resistir a alquilarla.

Ahora, minutos después de haberla visto, tengo muchas cosas que decir sobre ella.

La primera tiene que ver con la banda sonora que antes mencioné. Sí, es una melodía pegadiza, pero el hecho de que suene a estar toclada en cualquier teclado de niño de primaria le resta muchos puntos. En ocasiones sobra esa música estridente y en otras tantas (en la mayor parte de la película) molestan esos silencios.

Sobre la película en sí, tiene una trama clásica, fácil de seguir y con los ingredientes básicos de cualquier drama. Su montaje no me ha gustado: cambios de escena súbitos (con sus correspondientes cambios de sonido molestos) y escasa diferenciación del tiempo de narración.

Pero bueno, la historia en sí me ha gustado. Aunque me ha resultado un poco repetitiva. Era como ver la predecesora de Un paseo para recordar, la cinta de Adam Shankman que parece ser una versión edulcorada para los adolescentes del año 2002 de Love Story.

Pero también podríamos decir que Moulin Rouge (Baz Luhrmann, 2001) copia la fórmula de Love Story en su comienzo.

Y es que, parece que en esto del amor de celuloide, está todo inventado. Yo sólo me he retrotraido hasta el año 1970, pero seguramente me quede muchas joyas de años anteriores en el tintero. Muchas cintas que repitan la fórmula maestra del éxito en las películas románticas.

Y si todas las películas son iguales, con tramas parecidas y con los mismos desenlaces super felices o super trágicos, ¿qué es lo que le engancha al público? Que la mayoría de las mujeres acabamos llorando mientras los hombres esperan ansiosos darnos consuelo, pues ya se sabe que al sexo de Marte le emociona más ver a Jackie Chan dando patadas que la muerte de una joven que da al traste con un amor verdadero.

2 comentarios:

Madreñas dijo...

Sí, yo también he visto esa película, aunque no el final (por otra parte anunciado), asi que te entiendo. Es asombroso ver como la misma fórmula se implanta en una película tras otra, como si no existieran más ideas en la meca del cine. Seguro que más allá nos encontraremos con la predecesora.
Podias poner una lista de las películas pendientes de ver, que a mi también me pasa eso de "Yo no lo he visto..." ;)
Besines cinéfila!!
(Voy a ver West Side Story, aunque los musicales a veces me cansan muchísimo xD)

Hakka dijo...

las pelis romanticonas son todas iguales. Bueno, en casi todas las pelis podemos ver los mismos elementos q se repiten.


Pero asi es el cine, y aun asi nos engancha


Por cierto, a mi no me gusta ver a Jacki Chan pegando patadas, pero por ejemplo a Spiderman lanzando telarañas sí
:P