lunes, 21 de junio de 2010

Un curso de cine

En una época en la que ver una peli suele ser sinónimo de descargarsela, yo sigo considerándome una nostálgica de las salas de cine. Por eso, no quiero acabar este curso sin hacer mi particular repaso a las pelis visionadas en ese pequeño reducto en el que por dos horas, olvidas quien eres y te metes en la piel de otros personajes, exploras nuevos lugares y sientes nuevos amores.

Allá por octubre aterrizabamos en La cruda realidad tras meses de vacaciones. La Seminci llegaba como aviso del resto de entregas de premios, aunque tuvimos la "suerte" de tragarnos la infumable Petit Indi. Tras el mal trago de la película catalana, más adelante volvimos a las salas a ver la obra póstuma de Heath Ledger, El imaginario del doctor Parnassus, tan malograda como el destino que tuvo el inolvidable Joker. Parecía que con tales películas el fin del mundo fuese a llegar antes del 2012, en el momento justo en que una Luna nueva eclipsara al llamado Planet 51. Pero todo se disipó como una fallida profecía de Nostradamus cuando despertamos con los chistes castizos de Spanish movie. Y entre tanto mal fario, nos entró el hambre; afortunadamente, una Lluvia de albóndigas llegó a tiempo para saciarnos. Morimos de indigestión, pero no resucitamos, mas bien una panda de muertos vivientes salió a recibirnos con su pancarta Bienvenidos a Zombieland. Ser zombie no fue lo peor, lo peor fue meterse en la piel azul de los naavis de Avatar, No es tan fácil tragarse más de dos horas de una mala versión de Pocahontas. Tras tanto cambio de identidad ya no sabíamos ni responder a la pregunta ¿Qué fue de los Morgan?, por lo que tuvimos que recurrir a Sherlock Holmes, quien lo descifró en Nine pistas musicales. Pero el caché de Holmes era tan elevado que no pudimos pagarle, y de una patada nos mandó Up in the air, donde lo único bueno fue ver como El hombre lobo celebraba sus Historias de San Valentín mientras intentaba conquistar a Percy Jackson y el ladón del rayo. The lovely bones nuestros quedaron maltrechos tras tanto viaje, por lo que tuvimos que retirarnos a Shutter Island para disfrutar de un descanso como el que tienen los Hermanos en vacaciones. Allí, Los hombres que miraban fijamente a las cabras nos descifraron la clave que encerraba El libro de Eli, novelado por El escritor que vivía junto a Alicia en el país de las maravillas. Perdona si te llamo amor fue lo único que se me ocurrió cantar a ritmo de Grease en el momento de mi vida en que sólo pensaba Que se mueran los feos. Menos mal que Jake Gyllenhall lució tipazo y poco más en Prince of Persia, donde lo único que faltó en la peli fue El pastel de boda con el estilazo de Sexo en Nueva York 2.

¡¡¡Muchas gracias a todos los que habéis compartido conmigo un poco de esta magia que nos regala el séptimo arte!!!

(Para más información sobre las películas, clikar sobre el título de la misma)

domingo, 13 de junio de 2010

El más incierto sueño

Siento esa extraña necesidad de un abrazo tuyo
breve pero intenso
y que el cansancio y la frustración se evaporen
por un momento
mientras lentamente me susurres al oído
todo se pasará
no te miento.

Y mis párpados caerían en el más incierto sueño
donde soñaría contigo
mientras mil historias pienso.

Por eso espero sin reparo
un reparador descanso
donde encuentre en tu amparo
bienestar
y,
por qué no desearlo,
un nuevo peinado.

domingo, 6 de junio de 2010

Como un gato atado a una tostada con mantequilla

Así me siento en estos momentos.

Si dejo de estudiar, tengo que ir a dormir. Si voy a dormir, antes tengo que ordenar toda la ropa que por la tarde dejé adrede encima para obligarme a colocarla antes de dormir.

No quiero recoger la ropa.

Pero tampoco quiero estudiar.

Así que me encuentro girando en el espacio gracias a la ley de Murphy, y la única salida que veo es que la mantequilla se acabe evaporando o que el gato se quedé sin patas.

sábado, 5 de junio de 2010

Sarah Jessica se calza al público

Un cine lleno, muchas chicas y pocos chicos, en su mayoría me atrevo a aventurar que engañados por novias o amigas despiadadas. Así se presentaba el público de Sexo en Nueva York 2 la noche de su estreno en un céntrico cine vallisoletano.

Carrie Bradshaw volvía a las pantallas, y las fieles seguidoras de la saga querían ver que nuevas aventuras le esperaban en la Gran Manzana junto con el resto de sus amigas Miranda, Charlotte y Samantha. Esta vez han pasado dos años (tanto en la realidad como en la ficción) desde la última aparición de Carrie en las pantallas.

Durante casi dos horas y media se despliega ante nuestros ojos todo el lujo al que nos tienen acostumbradas este cuarteto de chicas bien. Buenas canciones para amenizar la velada, cameos de lujo (inolvidable Liza Minelli intentando hacer sombra a la mismísima Beyoncé con su reinterpretación de la canción "Single Ladies", y una Pe que luce melena durante un minuto escaso), y tacones, siempre tacones, hasta en el desierto más abrasador.

Quizá se haga un poco lenta, ya que su argumento bien podría resumirse en una hora de metraje, pero los continuos chistes y gags cómicos mantienen al espectador entretenido durante todo el tiempo, llegando a arrancar el aplauso del espectador en más de una ocasión.

Sexo en Nueva York 2 quizá no sea la película del año, y claramente está dirigida a un público femenino, pero no se olvida de sacar a los hombres la sonrisa. Una cinta entretenida, para pasar el rato, y echarse unas risas en compañía de buenas amigas.

viernes, 4 de junio de 2010

GRACIAS

Fin de un ciclo
hoy ha llegado,
tres años a vuestro lado.

Hace tres años llegamos como ovejas al redil del periodismo, sin saber de qué iba esto, aunque muchos seguimos sin saberlo a día de hoy. Algunos ya conocen las excelencias de ser becario, otros aún creen en la magia del periodismo, y la mayoría seguimos abogando por un cambio en el plan de estudios. Pero algo más fuerte que todo eso nos une.

Somos amigos.

Aunque fuese por unos días, por unos meses, o por todos los años que nos quedan juntos. Os recuerdo a todos y cada uno de vosotros, por mil anécdotas y motivos. Aquellas noches de fiesta con el Singstar en primero o por los botellones que empalmabamos con las clases. Unos yo nunca traicioneros que perdieron la gracia cuando ya nos conocíamos. Los cumpleaños y sus gymkanas. Aquellos examenes tan comunes en el que todos compartíamos nuestros conocimientos. Las valoraciones, a veces sin piedad, en las exposiciones orales. El sistraísmo. Nuestro querido Wallper. La radio y todas esas mágicas horas en antena, hablando de música y del cine. Siempre elogiando todo lo comercial para llevar la contraria a mis compañeros. El ir a Septiembre y sonreír cuando, a pesar de que tenías un examen, te reencontrabas con mucha gente querida. Las fiestas de Valladolid saliendo con una pierna de un maniquí. Nuestras charlas contumaces en clase, o si era dificil, hablar por notitas, en libretas "secretas". El Tuenti y todo el fisgoneo que nos ha acarreado. Los lunes de novedades en la cafetería. La cafetería se merecería una entrada para ella sola, esas mesas azules y sus tazas de colores han sido fieles testigos de muchos momentos felices o de partidas de cartas.

¿Qué podemos decir de los profesores? Quizá no nos hayan enseñado mucho, pero ya sea a buenas o malas, les recordamos. Aquellos que nos incitaban a ir la cafetería, las que leían sus apuntes de carrerilla sin esforzarse, los que enfatizaban en los ideales de Robert Schuman, las que nos pidieron exponer oralmente sin darnos apenas consejos ... ¿y qué me decis de aquella mujer que tras sus gafas escondía unos pequeños ojos entornados, y qué para innovar, introdujo los examenes orales? Sin olvidarnos del zumbido del moscardón, de las lecciones de Photoshop, de la historia con un punto de vista muy particular, de los binarios (de los que nunca más se supo), de aquella profesora que apenas tenía tiempo para comer antes de venir a clase, de aquel incansable trabajador de la Junta, del geógrafo contumaz, de aquella que sospechabamos que era manca por tener su mano oculta siempre en el bolsillo trasero de su pantalón ... Sin olvidar a la reportera de cultura más gafe de la historia, aquel libro verde de lingúistica que tenía tantos dibujos, las clases abstractas donde hacíamos carteles para la Seminci o aquellas clases donde el profesor defendía a aquellos escritores bohemios que se ponían hasta atrás para buscar la inspiración. Seguro que me dejo a alguien (si, ya sé, a aquella que vino de los mundos legislativos con un lenguaje que no entendíamos), pero la gran mayoría están presentes en mi recuerdo.

El balance de tercero podría catalogarse de positivo. Nos fuimos por fin de viaje, a Túnez! Un viaje que muchos recordaremos por mucho tiempo ... exactamente, hasta quinto, donde esperamos irnos otra vez para seguir recorriendo mundo. También nos hicimos las ansiadas camisetas, en un gesto de unirnos todos de una vez tras tanta discusión. Ha sido un curso de unión, de hablar todos, aunque no nos entendieramos. Un año de optativas, de asignaturas de libre, de huecos en los horarios o por contrario horarios sin un solo hueco.

Hoy me encuentro en el cruce del camino, intentando estudiar cuando aún no sé dónde estaré el curso que viene, por ello disfruto de estos días de calor a vuestro lado.

A los que estais aquí desde primero, a los que habeis llegado hace nada a mi vida y a todos los que aún faltan por llegar os digo .... GRACIAS