lunes, 23 de agosto de 2010

Oigo música en todas partes

Mis conocimientos de música no van más allá de los pentagramas, las claves de sol y un puñado de canciones populares que nos mandaban tocar con más o menos gloria en los años jóvenes en los que dábamos música en el colegio.

Pero aunque sólo sepa esos conceptos básicos, la música tiene ese extraño don de poder ser disfrutada por todos.

Y me encanta navegar por esas notas, por esas voces que nos narran mil historias, todas diferentes, todas con el mismo denominador común: las notas que las acompañan. Sentir empatía, sentir rabia, sentir nostalgia, sentir el amor. Todo gracias a una canción.

Creer que viajas, que conquistas, que dominas el mundo, que amas, que lloras ... ¡gracias canciones!

miércoles, 18 de agosto de 2010

Tu mirada

Si tu mirada no fuese tan fuerte
mi alma no sería tan débil
y no se hipnotizaría
con el remolino de tu mente.

lunes, 9 de agosto de 2010

Luces y sombras

Vivimos en un mundo de luces y sombras, donde las bombillas y demás fuentes lumínicas forman parte del vocabulario que usamos todos los días.

Es curioso como en los bares de copas encienden la luz para echarte, y te dejan en penumbra para que los de tu alrededor no vean el rostro demacrado que deja el alcohol en tus ojos. Por contra, en otros locales, el procedimiento para echar a los parroquianos se produce a través del apagado de luces, invitandote cordialmente a que cierres la puerta por fuera.

Esto me recuerda a las bibliotecas. Los queridos bibliotecarios quizá no se den cuenta del daño que hacen apagando las luces para echarte, el cerebro puede sufrir un desequilibrio y entrar en shock. Está científicamente comprobado que este apagado de luces supone la tercera causa de suspensos, por detrás de estudiarse todos los temas menos el que entra y de estudiar apuntes tergiversados por un compañero con mala leche.

A la mayoría de la gente le gusta dormir con las luces apagadas y la persiana bajada. Las madres del mundo saben de la tranquilidad que se disfruta en la oscuridad nocturna, y por las mañanas deciden jugar a Guantánamo levantando la persiana de golpe, inventándose la hora qué es para que nos levantemos antes, y si pueden, culminan su tortura con una tocata y fuga de aspirador en Si bemol.

Así que después de tanto tocar el interruptor, sólo me queda decir ...

¡APAGA Y VÁMONOS!