miércoles, 5 de mayo de 2010

Desde el andén

Cansada de ladrarle a tus faldas
de ver tu espalda
de lágrimas amargas
en plástico embotelladas.

De tu desdén,
de tu indiferencia,
de ver cómo en el andén
se queda mi paciencia.

Ahora sin confidente
¿en quién confio?
Sigo invidente
si no te miro
tú no me hablas
y me he perdido
¿ahora a quién sigo?

Digo te olvido
y te resucito
digo te odio
y te necesito.

Será fácil
andar sin ti
sin tus cadenas
aunque cojee.

No hay comentarios: