Así me siento en estos momentos.
Si dejo de estudiar, tengo que ir a dormir. Si voy a dormir, antes tengo que ordenar toda la ropa que por la tarde dejé adrede encima para obligarme a colocarla antes de dormir.
No quiero recoger la ropa.
Pero tampoco quiero estudiar.
Así que me encuentro girando en el espacio gracias a la ley de Murphy, y la única salida que veo es que la mantequilla se acabe evaporando o que el gato se quedé sin patas.
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