domingo, 31 de enero de 2010

Grotesca como yo sola

Ahora nos preocupa el diseño.

Somos la generación de los trabajos a ordenador. Llevamos media vida preguntándonos si el interlineado doble se notará mucho para ocupar más espacio, qué tipografía es más grande a 12 puntos que la Times New Roman, nos hemos maravillado al menos una vez en la vida con la Comic Sans y hemos metido fotos a sangre para llegar al mínimo de folios exigidos.

Como a la Bauhaus, nos encanta escribir a palo seco, rozando lo grotesco, aunque siempre hemos preferido las letras de fantasía para las portadas de los trabajos.

Nunca sabíamos que sangría sería la correcta, hasta que algunos conocieron la de Don Simón. Quizá no sepamos cómo se llaman ciertos elementos, pero siempre hemos querido meter gráficos, filetes, orlas y demás elementos decorativos.

Quizá nunca antes nos hubiesemos parado a pensar en el diseño modular de un diario, pero lo que si sabíamos es que el horóscopo ocupaba una columna y que el sudoku es un cuadrado perfecto.

Por no hablar de las fotos. Hasta ahora no sabíamos si estaban bien o no colocadas, pero siempre hemos sabido quitarles su objetvidad informativa pintandoles bigotes y gafas a los rostros de las instantáneas.

Ahora nos quejamos por tener que estudiar algo que nos rodea a cada instante, solo que dicho con términos más académicos.

Pero yo propongo otro método: dejar de lado nombres y fechas, procurar entender todo aquello que se ve (y también lo que no se ve) de la hoja de un periódico, razonar, ser lógicos, tirar por la calle de lo estéticamente bello y no optar por la memorización al pie de la letra.

Quizá no sea la clave para aprobar, pero si es la clave para no volverse tarumba y disfrutar.

Saludos de palo seco!

2 comentarios:

Luis Cano Ruiz dijo...

Ya veo que liada con los exámenes.

Cuerte con ellos.

Anónimo dijo...

Grande let it be =)