sábado, 9 de mayo de 2009

Soy yo, soy yo

Por suerte o por desgracia, según cada observador, hay muchas cosas en las cuales no me parezco a mi madre. Una de ellas es el tema de los conciertos. A mi madre dale un disco, de estudio, para escuchar bien sentada en el sofá, sin gente sudando a su alrededor ni jóvenes alborotados dejándose las cuerdas vocales por su artista preferido.

A mí siempre me han llamado la atención, y en las ocasiones que he podido, he ido a los de mis grupos preferidos cuando han acudido a mi ciudad.

Aún recuerdo mi primer concierto, o al menos el que yo recuerdo como primer concierto. Fue hace unos años, cuando Alex Úbago vino a Valladolid para presentar su trabajo ¿Qué pides tú? allá por el 2001. A mi no es que me hiciese especial ilusión Ubago, pero tenía curiosidad por el concierto. Tan sólo conocía 3 canciones (o menos!) de su primer disco, pero allá que fui. De esas locuras de adolescente enamorada de quien no debe. La experiencia me gustó bastante, a pesar del artista. Y aquello fue lo que me hizo repetir.

Conciertos de La Oreja de Van Gogh, Amaral, Andy y Lucas, Miguel Bosé, macroconciertos como el Valladolid Latino ...

Pero nunca había asistido a un concierto de rap. Aunque claro, en esta oración faltan complementos. Nunca me había gustado ni interesado por el rap hasta que Hakka me descubrió el mundillo. Y pese a la rudeza que puede tener algunas veces sus bases, las letras son muy buenas. Tan buenas que hacen pensar, algo a lo que no estaba acostumbrada después de haberme pasado toda una vida pegada a los 40 Criminales.

Pero como para todo hay una primera vez, hoy llegó el día. El Chojin venía a Valladolid a presentar su último disco "Cosas que pasan, que no pasan y que deberían pasar", y al ser un rapero que me parece que tiene la voz dulce y que sus letras son muy reflexivas a la par que respetuosas, me animé a ir. Una semana antes me hice con el disco a través de Internet (la manera fina de decir que me lo bajé) y escuche sus temas. Eran muy variados y muchos de ellos me gustaron. Así que allá fui.

Nada más entrar en la sala Porta Caeli, me pregunté que hacía allí. Yo estaba acostumbrada a ir a plazas de toros, a estadios, a polideportivos ... no a salas. Estaba acostumbrada a ir horas antes para coger sitio ... no a la hora en que abren las puertas. Bien es cierto que sí que había acudido alguna vez a un concierto en algún bar, pero esta vez era distinto. Me ví rodeada de gente que vive la vida en una cultura distinta a la que yo vivo, pero en cierta manera, el simple hecho de que aprecie las letras de un hombre me hace acercarme a ellos, aunque sea minimamente.

Allí estaba yo, acompañada gracias a Dios, y viendo de que iba aquello. Un DJ se puso a la mesa para ir calentando el ambiente. No me acababa de convencer todo ese tinglado. Hasta que los teloneros salieron al escenario. Al principio todo un poco caótico ... acoples de micros, letras que no llegaba a entender por la vocalización, dos rappers a quienes nunca había escuchado ... pero pasados un par de minutos, le empecé a coger el gusto.

La cabeza se comenzaba a mover al ritmo de aquellos compases. La pierna le seguía. Y aunque al principio los brazos no se atrevían a acompañar mis movimientos, al final cayeron rendidos junto con los del resto del público. Unos teloneros estupendos.

Pero aún faltaba el plato fuerte, el más grande, al que todos esperabamos. Soy yo, soy yo, a.k.a El Chojin.

Y allí apareció. Apoteósis. Complicidad con el público, su público. Ante problemas técnicos, supo salir del paso como nadie. Exhibición de su vocalización. Un tema inédito. Sus mejores éxitos. Y sus nuevas canciones, como no. Momentos tranquilos. Y agitación en aquellos temas que más hicieron vibrar al público. Bromas. Voces variadas. Un DJ Caución a la altura de su MC. Y un genial colofón con "Mi odisea".

En fin, no quiero aburrirles más, pero como síntesis podría decirse que ha estado bien probar, es más, el sabor de boca ha sido tan bueno, que quedan ganas de repetir. Aunque quizá haya empezado con un plato demasiado fuerte que sea dificil de superar ... pero eso, hasta el siguiente concierto no se sabrá.

De momento, cuento los días que quedan para el Valladolid Latino ... un cambio radical, pero que quereis, no puedo renegar de aquella música que me ha visto crecer ni creo que reniegue ... prefiero seguir abriendome a distintos estilos.

3 comentarios:

Luis Cano Ruiz dijo...

Yo cada vez odio más los conciertos. Por suerte, la música que me ha definido es la de un bar y una tipo con una guitarra cantándole a la vida. Ante eso, las aglomeraciones son de 20 personas y la música se vive algo más relajado.

Un abrazo.

May dijo...

estoy con el amigo de arriba.
Por cierto, q ha sido de tu rana?

Hakka dijo...

Espero que te haya gustado la experiencia de las salas, que si quieres seguir yendo a conciertos de rap va a ser asi jeje

El Chojin es muy grande, y da todo de sí en los conciertos.
A ver si volvemos a verle ;)


Por cierto, el dj se llama Caution, no Caución xD