martes, 24 de marzo de 2009

La carpeta desclasificadora

Tengo una carpeta. Muy maja ella. Clasificadora y toda la pesca.

Y como toda buena carpeta clasificadora que se precie, dispone de varios clasificadores. Creo que ese es uno de los motivos por los que se la denomina así. El otro creo que es porque el adjetivo clasificadora es elegante a la par que moderno.

Pues en dicha carpeta, se supone que cada asignatura tiene asignado un espacio. Esa tarea facilita la búsqueda del documento que se precisa en el momento adecuado.

El problema llega cuando empiezas a almacenar todos los folios, apuntes y demás archivos innombrable entre el primer separador y la tapa de la carpeta. Uno de los dos únicos espacios de la carpeta que no está destinado a dicho fin. El problema es cuando dichos documentos adquieren el mismo volumen que el propio volumen de la carpeta.

Así que en esos labores me encuentro ahora. Porque antes de ponerme a estudiar cualquier cosa, tendré que mirar de qué apuntes dispongo en la carpeta de los líos.

1 comentario:

Luis Cano Ruiz dijo...

Eso me ha pasado muchas veces con los escritos, poemas y demás mierdas con intención de ser algo especial. El problema es que lo vas acumulando sin saber cuando y donde podrás desplegarlo, acabarlo o simplemente clasificarlo.

Un abrazo.