Y ahora medio ebria, me doy cuenta de lo que hago.
Tengo que retroceder en cada paso.
Dejar de hacer el tonto y buscar aquello que se encuentra por arte de magia.
Confiar en el destino y no mostrar mis deseos.
Porque los deseos juegan malas pasadas y pocas veces se cumplen.
Si realmente deseas alcanzar un objetivo, hazlo con el mayor disimulo posible, nunca a golpe de declaración.
(A estas horas no sé lo claro que están mis pensamientos, pero es que el despertar siga manteniendo mis convicciones)
2 comentarios:
Tiempo de reflexiones...Y si estas vienen compañadas con un Ron en la mano, suelen ser mejores.
Un saludo.
estoy de acuerdo, x la noche y con la almohada es el mejor momento para reflexionar...
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