sábado, 8 de noviembre de 2008

Con los ojos vendados

Ya no veo.

Una cortina de oscuridad se ha cernido a mi alrededor. Ya no puedo ver más allá de mi cuerpo. Ya no siento lo que pasa a mi lado.

Sólo puedo contar con una persona: conmigo misma.

Me veo en sitios donde no aparezco. Me oigo en sitios donde no soy escuchada. Me siento en sitios donde falta mi espíritu.

Vivo en un mundo de oscuridad donde yo soy la única linterna. Recorro un camino empinado sin bastón ni cayado.

Sufro de la enfermedad del ego. La del egoísmo. La del egocentrismo.

Y así me va, con una venda en los ojos que no me deja ver la realidad.

2 comentarios:

May dijo...

hay q kitar esa venda...

Luis Cano Ruiz dijo...

o por lo menos, si no la quitas, hazle dos agujeros para ver que no sólo puedes contar contigo misma, siempre hay alguien más.

Un saludo.